En mi silencio matutino escucho el sonido que despierta lento. Un amanecer es magia, es esperanza, es aliento, es provocación.
Existes, como ese deseo sin nombre, sin forma. Eres el impulso que no se detiene, vibras, adquieres un rostro y luego otro, besas, tocas, sueñas. Eres la llama que se aviva, crece y se reduce sobre las brasas en espera de ese combustible que la permita volver.
Me deleito mirándote, tu fuego se refleja en mis ojos, mi piel se enciende ante tu calor. Tiemblo al sentir como crece en mí tu deseo, la humedad que se agolpa en espera del momento justo para desbordarse.
Existes también como el sosiego de aquellas tardes llenas de color y nitidez, de aromas marinos impregnados en la piel y el sudor recorriendo los mismos caminos. Con esa sensación única que da el saber que todo es breve, efímero y por eso sigues trotando hasta escuchar el sonido de tus latidos.
Existes como esa rabia que se acumula en tu vientre, por aquel dolor que no puedes calmar, aquellas lágrimas que deseas desaparecer y tu vientre tiembla, se ahueca, arde, junto con todos los explosivos, todos los disparos, todos los rostros desaparecidos. Eres esa vida que a veces detestas y otras amas; esa vida que se baña de todas sus posibilidades y la del dolor es una más y la que, a veces, más destaca.
Existes en ese rostro inocente que juega sobre los columpios, que no sabe que el mundo se desmorona, mientras sueña con ser un superhéroe y volar, volar para salvar a aquellos que lo necesitan, que claman por su ayuda, mientras él gustoso va a ofrecerla con una sonrisa en los labios.
Existes en el pedazo de una tablilla de chocolate recién hecha que aún escondes en tus recuerdos: suave, intenso, caliente.
AUTORA: Karol A.
Que bueno volver a leerte amiga!! Me ha gustado mucho tu alabanza a la existencia del ser!! Saludos!! Te mando un gran abrazo!!
ResponderEliminarUna emotiva canción a la maravilla de vivir.
ResponderEliminarSaludos.