Cuentan que en unas tierras lejanas, vivía un
hombre inmensamente rico. Una casa casi palacio, muchos sirvientes casi
cientos, joyas y ropajes fastuosos, jardines suntuosos, mujeres hermosas y
muchas personas a su alrededor, muchas; todas se decían ser sus amigos.
Nadie a ciencia cierta sabía el origen de su
fortuna. Lo tenía todo, la Riqueza que da poder y el Poder que solo la riqueza
pude dar.
Su secreto radicaba en que un día, de
pequeño, junto con un amigo de correrías, mientras jugaban explorando en las
afueras del pueblo; en un bosquecillo frondoso y florido, encontraron un pozo
natural escondido entre el follaje tras de unas piedras derruidas. Riendo y
felices por su hallazgo, se les antojó lanzar piedras al fondo del pozo, como
suelen hacer los chiquillos a cualquier pozo que se les cruza en su camino. ¡Más
menuda sorpresa! Con los brazos en alto y antes de poder soltar la primera
pedrada… Una dulce voz, les advirtió diciendo:
¡NO ME HAGÁIS DAÑO PEQUEÑITOS! ¡NO VEIS QUE
ESTOY INDEFENSO Y NO OS HE HECHO NINGÚN DAÑO A VOSOTROS!
Como asustados cervatillos, corrieron a
esconderse tras el árbol de roble más cercano que hallaron. Asomando las
cabezas uno sobre otro y con las piernas doblándose en medio de sendas
temblorinas, miraron para saber de dónde provenía aquella voz. Antes de poderse
recuperar del susto primero, la voz volvió a sonar diciendo:
¡VENID! ¡ACERCAOS! ¡NO TEMÁIS! LOS HE VISTO
TODO EL DÍA CORRIENDO, JUGANDO Y RIENDO TAN FELICES COMO DOS HERMANOS, SU
AMISTAD ES INMENSA Y SINCERA. ¡EN PREMIO A TAN HERMOSA AMISTAD, OS CONCEDERÉ UN
DESEO A CADA UNO! ¡NO DEBÉIS NOMBRARLO! SOLO PENSADLO EN SU CORAZÓN Y OS SERÁ
DADO EN UNA SEMANA, A PARTIR DEL ALBA PRÓXIMA A LLEGAR.
Hacía ya cincuenta años desde aquel suceso,
el hombre rico ya ni lo recordaba, solo sabía en su corazón que nunca se había
sentido verdaderamente feliz. Durante su vida había viajado, conocido los
lugares más hermosos de la tierra, había capturado todas las especies exóticas conocidas,
etc. Se preguntaba a diario ¿cómo era que no podía ser del todo feliz….?
Había escuchado sobre un hombre pobre de la
aldea, al que la gente apodaba “EL HOMBRE FELIZ”. Pensó que él
tendría la respuesta y mando por él. Al
presentarse el hombre pobre, el hombre rico se encogió de hombros con cara de
decepción, pero al acercarse a él, le pareció reconocer al hombre. ¡Era aquel
pequeño con el que tantos momentos felices había pasado en su infancia! Y al
que dejó de ver pasada una semana después del maravilloso hallazgo en el
bosque.
Al cuestionarlo sobre su condición económica
y la causa de su felicidad, de esta manera:
¿POR QUÉ NO PEDISTEIS RIQUEZAS PARA NO SER
POBRE? ¿CÓMO ES QUE VIVÍS ASÍ Y AL MISMO TIEMPO SOIS TAN FELIZ QUE TODO EL
PUEBLO OS AMA? NO LO ENTIENDO, ¿QUÉ PEDISTEIS ESE DÍA?
A lo que el hombre pobre respondió:
TE PUEDE PARECER QUE YO SOY POBRE, PERO EN
REALIDAD TAMBIÉN SOY TAN RICO COMO TÚ. MI
OFICIO DE CARPINTERO ME ALCANZA PARA MÍ Y MI FAMILIA. ES LO QUE SÉ HACER, LA
ENSEÑANZA DE MI PADRE.
YO, MI AMIGO ESCRIBO POESÍA Y LA GENTE A MI
ALREDEDOR SE ACERCA PARA OÍRME RECITARLA. HE DISFRUTADO CADA SEGUNDO DE MI VIDA
DESDE AQUEL DÍA Y NO ME ARREPIENTO DEL DESEO QUE ME CONCEDIERON AQUEL DÍA.
¿ME PREGUNTAS QUÉ PEDÍ? SOLO PEDÍ SABIDURÍA PARA VIVIR LA VIDA QUE ME
HA TOCADO VIVIR Y PODER ENCONTRAR LA FELICIDAD QUE TIENE ESCONDIDA
PARA MÍ CADA EN NUEVO DÍA.
A partir de ese día el hombre rico comenzó a
buscar su felicidad, ya no en sus riquezas, sino en su vida diaria. Ambos
fallecieron el mismo día a 90 años del hallazgo y se fueron tan felices como lo
eran aquel día.
….CADA QUIÉN TIENE SU PROPIA RIQUEZA Y LA
SABIDURÍA PARA DISFRUTAR LA VIDA Y PODER SER VERDADERAMENTE FELICES…
AUTOR: Carlos A. Suárez G.
Un cuento realmente fantastico con un buen mensaje final.
ResponderEliminarFelicitaciones Carlos
Muchas gracias Ricardo, creo que todos necemos ricos, solo hay que buscar dentro de nosotros mismos. T mando un gran abrazo!
Eliminarque linda historia
ResponderEliminarQue bueno que t haya gustado amig@! Gracias por deterte a leernos. Un saludo!!
EliminarHermosa historia! Ojalá se nos conceda a todos esa sabiduría. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Mary! Mano vuelta por los tuyos que también he disfrutado mucho! Y como he dicho: esa "riqueza" está dentro de nosotros, solo hay que saber hayarla! Un abrazo y un beso amiga Mary!!
Eliminar