sábado, 1 de noviembre de 2014

Así dejé la tierra


Volé y volé…
Hacia lugares infinitos
De paisajes taciturnos
Y cielos eruditos
Caprichosos manantiales
De aguas trastornadas
Sangrantes cascadas
Y peces celestiales


Subí y subí…
Hasta donde los ojos no perciben
La aurora boreal
Ni las huellas que me siguen
Los perpetuos mares
Condenados a lo escrito
Escenarios de delitos
Y ciegas profundidades


Y gocé y gocé…
Aún perdiendo el contacto
De la cálida arena
O el susurro de un abrazo
Las personas conocidas
Atrapadas sin condena
Que con pieles ajenas
Quieren vivir sus vidas


Y volé, subí y gocé…
Me alejé de mis cadenas
Renegando de la escena
La distancia justa encontré


Sergio Suárez Hernández

9 comentarios:

  1. Muy bella tu poesía.
    Me ha encantado.
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias Lucía. Es de mis favoritas.

      Muchas, muchas gracias por tu comentario.

      Un enorme abrazo.

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  2. Pues es preciosa. A mi también me gusta,
    Un abrazo

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  3. Que reconfortante cuando se llega a ese punto.
    Bello poema Carlos.
    Feliz día.

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  4. Que lindo poema Carlos, si fuera tan fácil en la vida real alejarse de esas ataduras...
    He disfrutado tus versos.
    Abrazos.

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    1. Gracias Alejandra. Tan difícil o tan fácil como nuestro valor, en algunos casos.
      Romper cadenas es complicado, pero es nuestra mente la que nos frena.

      Gracias por tu amable comentario y por leerlo.

      Buen finde.

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  5. Muchas gracias Carmen. Sí, encontrar un lugar donde hallar la felicidad.

    Muchas gracias por tu estimulador comentario, y por leerlo.

    Saludos. Buen finde.

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  6. Me encanta Carlos,dan ganas de volar, subir y gozar. Un saludo

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    1. Muchas gracias María. Sí, es evocador. Un lugar donde poder vivir, vivir... vivir.

      Gracias por tu amable comentario.

      Saludos.

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