Volé y volé…
Hacia lugares infinitos
De paisajes taciturnos
Y cielos eruditos
Caprichosos manantiales
De aguas trastornadas
Sangrantes cascadas
Y peces celestiales
Subí y subí…
Hasta donde los ojos no perciben
La aurora boreal
Ni las huellas que me siguen
Los perpetuos mares
Condenados a lo escrito
Escenarios de delitos
Y ciegas profundidades
Y gocé y gocé…
Aún perdiendo el contacto
De la cálida arena
O el susurro de un abrazo
Las personas conocidas
Atrapadas sin condena
Que con pieles ajenas
Quieren vivir sus vidas
Y volé, subí y gocé…
Me alejé de mis cadenas
Renegando de la escena
La distancia justa encontré
Sergio Suárez Hernández
Muy bella tu poesía.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un abrazo
Muchas gracias Lucía. Es de mis favoritas.
EliminarMuchas, muchas gracias por tu comentario.
Un enorme abrazo.
Pues es preciosa. A mi también me gusta,
ResponderEliminarUn abrazo
Que reconfortante cuando se llega a ese punto.
ResponderEliminarBello poema Carlos.
Feliz día.
Que lindo poema Carlos, si fuera tan fácil en la vida real alejarse de esas ataduras...
ResponderEliminarHe disfrutado tus versos.
Abrazos.
Gracias Alejandra. Tan difícil o tan fácil como nuestro valor, en algunos casos.
EliminarRomper cadenas es complicado, pero es nuestra mente la que nos frena.
Gracias por tu amable comentario y por leerlo.
Buen finde.
Muchas gracias Carmen. Sí, encontrar un lugar donde hallar la felicidad.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu estimulador comentario, y por leerlo.
Saludos. Buen finde.
Me encanta Carlos,dan ganas de volar, subir y gozar. Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias María. Sí, es evocador. Un lugar donde poder vivir, vivir... vivir.
EliminarGracias por tu amable comentario.
Saludos.