Mi
Catedral se encuentra vacía,
Porque
yo no he ido a rezarle.
Ni
de flores un ramo a llevarle,
He
podido siquiera un día.
Por
sus hermosos vitrales
Las
gotas de rocío escurren.
Mis
ausencias a diario incurren
Y
sus días se tornan fatales.
Ella
canta sus coros celestes
Por
mí, buscando la lejanía.
Al
escucharlos, extraño su cercanía.
Palomas
mensajeras tiene por huestes.
¡Trabajo!
¡Es mi constante bagaje!
¡Es
ese, mi deber cumplido…!
¡Es
esa la razón de que me haya ido…!
¡No
es por gusto que esté de viaje!
A
diario extraño sus ecos,
La
sabiduría de su misa.
Por
volver a ella tengo prisa.
Su
ausencia en mi alma hace huecos
¡Al
volver a ti mi bella amada
Besaré
con fervor tus rincones!
¡Oirás
de mis labios mis oraciones!
¡Y
sabrás que no has sido olvidada!
Le
gusta recibirme a puertas abiertas
Y
rodearme con sus retablos.
Ataviada
con sus rosarios,
¡Sin
sermones en lenguas muertas!
Apresuro
mis pasos para encontrarte.
¡Hoy
puedo volver! ¡Es el día!
¡Catedral
Hermosa, amada mía!
¡Hoy
vuelvo con devoción a adorarte!!
AUTOR: Carlos A. Suárez G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario