lunes, 24 de noviembre de 2014

Ágape


Hay un beso que se perfila en la piel,
esa tierra fértil.
Puede la ceniza ser el alimento, llueves.
Algo emerge, verde de intenso.

Aun cuando la palabra explote en tus manos,
ella renace, es:

Fin y principio.
Es más que los labios prófugos del andariego
en busca del beso furtivo;
o ese puente lejano sobre el cual tiendes
tus anhelos.
Es el hogar,
la caricia extasiada del primer amor.

Habita en el bosque,
en la primera mirada,
es la luz que se desliza tras las montañas
en las primeras horas de cada día.
Su símbolo es una espiral,
fuerza inacabable,
la determinación
de la memoria escrita en el deseo,
esa sed primigenia.



AUTORA: Karol A.

1 comentario:

  1. Considero que el primer y tercer párrafo son grandes obras maestras.

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