Has volcado una gama de lamentos
y aún la palabra vibra,
te exonera de su estigma para dejarte caer,
exhausta,
en los brazos de la noche.
Imploras su caricia,
roce lento,
de crepúsculo en crepúsculo.
Y ella te sostiene
con la intensidad de un beso:
mil fragmentos incrustados en los labios.
AUTORA: Karol A.
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