viernes, 6 de marzo de 2015

La trampa


La trampa estaba lista, y él sabía que llevaba su nombre. Ya se lo había advertido el teniente Galdós. -nada dura para siempre. Y tu tiempo se agota- Y tenía razón, pero la impoluta blancura de aquella pared era un reto difícil de eludir… de ignorar. 

Cada vez que la observaba, a través del Tags* de BUR-SQL, que decoraba el cristal del vagón central de la línea 7 del tren de cercanías, su inspiración revolvía su quebrantable prudencia. Sabía que lo estarían esperando, y que si lo pillaban con el spray en la mano se cumpliría su tercer delito, o sea… cárcel incondicional. Dos años probablemente. Injusto para quien inunda la ciudad de Arte, ¡urbana!, pero Arte a lo sumo. Ya no le valdría, ni siquiera, cambiar de Tags, su perfil y sus obras hablaban por si solas. Ni las excepcionales y elaboradas letras de su Roma, o su Roma-DK, según lo cerca que estuviera la pasma, ya cumplían el objetivo tan deseado cuando empezó hace cinco años. Su estilo hablaba un lenguaje propio, reconocible incluso sin el ansiado Tags que los que empezaban ahora tanto anhelaban conseguir.

Lo que no sabía el teniente era que su vida había cambiado, que ya no le motivaban las artísticas protestas nocturnas contra el sistema, asaltando vagones, autobuses, o fachadas gubernamentales, que había otra prioridad más importante: de vivos ojos color almendra e inquietas y revoloteadoras manos, que ansiaba tocar cada tarde tras su aburrida jornada laboral. Ojos inmensos, como los de su madre, su hermosa Danielle, la que había volcado su oculto mundo, por la que dejaría sin dudarlo lo que forjó su leyenda en las abyectas calles de su ciudad. No, no lo sabía… pero lo conocía muy bien, y una pared de diez metros de largo por tres de alto, oliendo a recién pintado, de blanco lienzo, era un regalo demasiado apetecible para dejarlo pasar sin rematar su leyenda.

Por eso el primer spray que utilizó esa noche fue el del somnífero que dejó KO, seis horas, a los agentes de patrulla que el teniente Galdós había ordenado hacer guardia aquel viernes. Nadie lo vio llegar, nadie lo vio grafitear, nadie lo vio marchar. Lo que si vieron claramente, con las primeras luces de aquel sábado, fue su nueva marca, su único y último Graffiti. 

Aun con los ojos lagrimeando, y sin poder quitar la mirada de la inmensa pared, ahora llena de color y vida, el agente tuvo que llamar al teniente para comunicarle que viniera urgentemente.

La sonrisa en su rostro lo delató, estaba seguro de quien había sido, aun sin sus Tags, aun sin sus acribillados muertos, ni sus zombies vestidos de traje y chaqueta, incluso sin los misiles que emulaban siempre juguetes en manos de poderosas multinacionales de reconocidísimos logos. Pero su justa intuición no valdría nada en contra de lo que tenía delante, y por primera vez vio el Arte urbano, la esencia artesanal que moviliza irremediablemente a esos ingentes ejércitos de grafiteros.

Ni la sabia naturaleza podría soñar con crear unas flores de tal belleza. Un enorme jardín, imposible de acabar en seis horas si no está claro en tu mente, sin espacio para la improvisación, sin espacio para que el teniente, ni nadie, pudiera eludir disfrutarlo. Hasta las cuatro áreas vacías, las que ni rozaron los sesenta sprays utilizados, dejaron impasible al agente Galdós. Cuatro letras de un blanco inmaculado, hundidas en aquel mar floral, rodeadas del mayor vergel que había visto nadie nunca, permitirían apartar la vista de tal mensaje, el último mensaje. Su ya legendario Tags… visto al revés: A M O R.

Extasiado, el teniente no se sentía capaz de dejar de mirar aquellas cuatro radiantes letras, y se llenó de ellas “AMOR… AMOR…. AMOR”. Las que, inmersas en aquel bello y único jardín, serían a partir de ahora punto de encuentro de todos los que amaban su ciudad. 

A media hora de carretera de allí, alguien sonreía al coger en sus brazos a su pequeña, mientras su esposa, Danielle, conducía, y apretaba, con mucho AMOR, la mano manchada de Roma.

(*) Los Tags son las firmas de los grafiteros


AUTOR: Sergio Suárez.

1 comentario:

  1. Bonita forma de retirarse. Me ha gustado mucho el texto.. Saludos!! ;)

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