lunes, 16 de marzo de 2015

He decidido vivir


A finales del año 2009 la niña que vivía en mi vientre dejó de moverse.

Aquello me supuso una gran preocupación, ni siquiera las palabras del médico consiguieron tranquilizarme cuando este me dijo que su corazón latía con normalidad; mi instinto de madre me decía que algo no iba bien.

Todo sucedió muy deprisa. El 1/01/2010 sobre las 7:00 de la mañana tuve que levantarme para ir al baño, no eran ganas de orinar, estaba rodeada de un gran charco de agua. Desperté a mi esposo y no voy a dilatarme en los acontecimientos sobre cómo llegamos al hospital y todo el proceso sobre el parto, aunque si decir que fue muy hermoso, ya que mi bebé no nació en el conocido potro sino en la cama de la sala de dilatación donde me ofrecieron sacarla con mis propias manos y desde luego no dude un instante.

La cuestión es que efectivamente no me equivocaba.
¡La niña se estaba muriendo!, ¡y estaba luchando!

Mi pequeña no se movía para resistir lo máximo, pues el oxígeno y el alimento que debían llegarle ya no alcanzaban apenas para que aguantase hasta la fecha que le correspondía nacer.

Vino al mundo un mes antes, el 2/01/2010. Fue un milagro y ya tiene 5 añitos.


Durante toda mi vida una vez y otra y otra, de tantas formas distintas he intentado suicidarme, he buscado la muerte, continuamente, le he gritado, la he odiado, porque sentía que era tan poca merecedora de amor que ni siquiera ella me quería llevar.

Perdida en la contemplación de mi pecho donde tan instintivamente ya estaba alimentándose del calostro, las matronas llamáronme la atención, querían enseñarme el cordón umbilical.
¡Había un nudo!, ¡había un nudo! Ese instante, ese nudo perfecto fuertemente atado, tan fuerte como la promesa que el succionar de sus labios pedía, como la promesa que mi recién nacida me arrancó.

HACE 5 AÑOS QUE NO HE VUELTO A INTENTAR SUICIDARME


AUTORA: Albura Gervilla Giner

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