Voy corriendo a la máxima velocidad que
dan mis enclenques piernas
La línea del horizonte es mi meta
Allá
a lo lejos
me espera ondulante por el calor del desierto
Miro a mis pies
No me había dado cuenta hasta ahora de la
cantidad de guijarros que alberga el camino
Sorteo los de mayor tamaño desviándome
momentáneamente de la línea recta trazada
Los de tamaño mediano los dejo atrás de un salto
Los pequeños los voy aplastando aunque el
esfuerzo me comienza a hacer mella
Llevo así bastante rato pero no recuerdo
exactamente cuándo empecé a correr y
la distancia que me separa del horizonte
no parece disminuir
No he visto el hoyo y mi pie izquierdo se ha
hundido en él
El tropiezo me hace besar la lona
ahora entiendo mejor a Foreman
Giro hacia mis ojos las palmas de las manos
me arden
Infinidad de pequeñas piedrecillas dibujan
constelaciones de rojas estrellas
El golpe es pequeño pero
aún así
la rodilla sangra a borbotones
El polvo se mezcla con el olor a sangre fresca
El vapor empaña mis gafas y no me queda
más remedio que quitármelas para seguir
mirando hacia delante
Resulta curioso
sin gafas veo mejor
La caliente y ondulante línea se ha transformado
en clarísima y rotunda recta
De hecho
si bien no puedo asegurar que se esté acercando
parece menos distante
A ras de suelo el aire es más limpio
se respira mejor
Creo que me quedaré aquí un rato.
AUTOR: Juanje Frayfregona.
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